No voy a hacer una guía para el viajero. Las hay y muchas (y buenas) por Internet, o en su defecto una en papel (yo siempre compro la Lonely Planet cuando voy a viajar). Esta entrada va a ser más bien un cúmulo de sensaciones y despropósitos que me vengan a la cabeza.
En primer lugar varias imágenes. Me he quedado sobretodo con la idea de que Inglaterra es limpia. Nada más llegar al aeropuerto vi a un equipo de mantenimiento que limpiaba las pantallas una por una, primero pasando un pincel, luego un producto con un trabo, etc. Una por una y en una caja para no ensuciar. En las calles no se ven papeles, y el metro está impoluto (aunque antiguo). No he visto prácticamente perros y los que he visto muy limpios y bien cuidados. Y por supuesto nada de excrementos caninos en las calles.
Opulencia: coches, ropas, Harrods. Mucho dinero suelto. Muchas tiendas, muchas marcas. No diré despilfarro, pero lo roza. Y mucho árabe (especialmente ellas en la moda cucaracha que dice mi mujer) gastando pasta de una manera indecente.
Harrods: increíble, el sueño de un megalómano obsesionado por la riqueza..
Comida típica: ¿Y eso que es lo que es? Comí, si no me fallan las cuentas en un libanes, dos italianos, un español, uno de comida rápida, un fish&chips y una taberna. Y no es por no probar comidas nuevas, pero es que dejando de lado esas dos últimas no vimos más.
Parques: trozos de bosque muy cuidados en medio de la ciudad. Ardillas, patos, cisnes.
Metro: rápido y versátil pero antiguo y caro. Le faltan escaleras mecánicas en muchas estaciones, o ascensores. Autobuses: Muy bien indicados.
Gente: Agradable, cortés
Hotel: correcto, pero caro. Quizá lo que más caro vi en Londres.
Cultura: Mucha, magnífica. Ya sea en los teatros, en los musicales o en los museso. Vairada y de calidad. Imprescindible el Britsh museum, el de la Ciencia y el de Historia Natural. Inacabables.
Cambio de guardia: gilipollez absoluta, completamente prescindible.
Y como primera aproximación creo que vale. En resumen, me ha gustado mucho.