29 ene 2018

Reflexiones de un runner novato: La fuerza de voluntad

Nota: desde hace una semana escribo también en el blog comunitario http://www.zetarunners.com  para todo aquello relacionado con esto de correr, ahí ando.


No, en este arranque no voy a hablar de mí. Porque hay gente que se lo merece más. Ayer participé en la carrera de 10 km de Vilafranca y recibí un baño de realidad duro y maravilloso a la vez. Pude ver a gente que corría empujando sillas de ruedas, a un ciego que corría con su guía (e iba delante de mí), a una mujer mayor que iba la última a trote pero con toda la dignidad del mundo. No pude por menos que aplaudirles cuando me los crucé, me parece un gesto maravilloso. Yo estoy muy satisfecho con lo que he conseguido en pocos meses, pero ni punto de comparación con lo que deben sentir ellos. Son muy grandes.


Y ahora vamos a hablar de mi libro.

Como decía ayer corrí la 10 km de Vilafranca, con excelentes resultados (para mí, al menos). Por cierto, podría escribir de la carrera y de lo bien organizada que está, el ambientazo que tiene y demás, pero hay gente que lo ha hecho mejor https://blogmaldito.com/2018/01/29/a-examen-cursa-10k-vilafranca/

Aunque estuve jugueteando un par de semanas con el objetivo de bajar de los 50 minutos era plenamente consciente de que iba a ser difícil. Y evidentemente no pudo ser. Se quedó en 52:23, que teniendo en cuenta que llevo corriendo desde agosto es un señor tiempazo. En Noviembre participé en la 10K de Sant Cugat, e hice 1:00:56, con lo que la mejoría es notable
Debo decir que llevo preparándome dos meses, con 3 salidas a las semana (recuperaré un artículo previo que escribí sobre el tema), y ayer di todo lo que tenía. Y así acabé, cansado pero contento. Creo que las piernas igual hubieran dado un puntito más, pero como siempre la tecnología dio en fallar cuando menos oportuno era, y me quedé sin pulsómetro, por lo que tuve que correr por sensaciones y no estaba tan seguro de mi mismo.


La carrera arrancó como siempre arrancan estas carreras, lentas. La acumulación de gente hacía imposible progresar superando a los que iban por delante. Hasta pasado el primer km no se liberó un poco la cosa y pude avanzar. Cabe decir que la carrera son dos vueltas a un circuito de 5 km. Durante la primer vuelta todo fue bien, según veo en Strava hay un tramo largo donde flojee un poco (es algo normal, es un tramo de ida y vuelta y viendo a los otros corredores de frente supongo que frenas un poco), pero en general los ritmos eran muy buenos, alrededor de los 5 minutos.



Por cierto, la foto es de https://blogmaldito.com/2018/01/29/a-examen-cursa-10k-vilafranca/  muchas gracias por permitirme su uso.

Pero la segunda vuelta fue harina de otro costal. Pasé por avituallamiento y cogí un agua, de la que bebí dos sorbos. No sé si fue eso, mala respiración o simplemente que tenía que pasar que empecé a notar un dolor leve en el costado. Desde que he empezado a correr no me había pasado, eso significa que o bien no he ido nunca al límite o que ayer estaba haciendo algo mal. En cualquier caso aflojé un poco para evitar el dolor, pero apreté los dientes. Me acordé de los valientes del primer párrafo, y decidí que si ellos podían yo no iba a ser menos. No diré que fue una tortura, la molestia era bastante llevable, y tampoco los tiempos se vieron afectados en demasía. La recta donde en la primera vuelta había flaqueado volvía a ser mi talón de Aquiles, pero conseguí sobreponerme y cuando llegué a 100 metros de la meta, mi mujer y mi hijo me dieron el pequeño empujón que necesitaba para el sprint final.

Aunque como se puede ver en las fotos fue durillo.




Acabé cansado pero muy contento. Las piernas me molestan muy poco, y ayer estuve muy entero todo el día. Y con la media maratón ya en mente. 

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