Me ha quedado esta historia en el tintero. Por la relevanci aque tiene a la hora de cerrar el círuclo, voya a publicarla junto con la parte final, que será una entrada próxima.
Cuando estás
esperando en un procedimiento de adopción, la cosa se puede hacer muy larga.
Como no hay referencias de cuando te va
a tocar, intentas seguir con tu vida sin pensar mucho en ello. Cada tres
meses te acercas a tu ECAI, hablas con padres que están como tú (porque te
sientes padre aunque no hayas conocido aun a tu hijo, que igual ni ha nacido) y
las psicólogas te aconsejan, te cuentan, te consuelan. No hay mente humana que
resista estar pensando en ello las 24h del día ¿no?
Pues parece ser que
no. Para renovar la idoneidad (y ahora hablaré del tema) debes estar sufriendo
como un perro todos los días, porque si no “no conectas con las necesidades
emocionales de tu hijo” Así, con un par. Evidentemente te lo dice alguien que
es un “profesional” del tema, pero que no ha estado esperando eso nunca.
Y por cierto, ni se
te ocurra decir que lo llevarás al parque (si dices que lo vas a llevar antes
de 5 años desde que llega a la guardería te fusilan, supongo). Entonces se
replantean si eres idóneo o no.
Además, se permiten
decir cínicamente que tienes que salir de allí con lo que ellos te digan, pero
que si luego lo aplicas es problema tuyo. Fantástico.
-
La
renovación.
De entrada son 400
€. Así en frío. Lo primero que hacen es pedirte la pasta. Luego, cuando llegas,
te dicen que para ellos años 3 años es
mucho tiempo y que lo querrían hacer antes.
Evidentemente eso no
tiene nada que ver con que el chiringuito que tienen montado ya no funcione
igual de bien. El proceso de adopción es caro, y no todo el mundo, por muchas
ganas de ser padres que tengan se lo puede permitir. Por lo tanto el número de
idoneidades bajan, y la manera de seguir viviendo de ello es… evidentemente,
conseguir que la frecuencia de las renovaciones
aumente. Y para ello ¿qué es necesario? Pues conseguir que aumenten los
casos en los que esa idoneidad parece
perdida. Y para que sea más evidente, pues se elige a parejas que, a priori, son
perfectas. Entonces el argumento es “si una pareja así tiene problemas, es
evidente que las demás lo tendrán”.
Y como son un lobby
que tienen invadida la administración pública (tipo las eléctricas) lo
conseguirán, claro.
-
Los
técnicos.
Evidentemente los
técnicos tienen buena fe, eso no es discutible. Estoy convencido de que ellos
creen que hacen su trabajo perfectamente.
Son gente que ha pasado por muchos trabajos relacionados con el tema y
han visto el peor lado de la adopción (y la infancia en general).
¿Nadie ve un
problema ahí? Pues sí, si uno no ve más que el lado malo de las cosas, acaba
pensando que todo es el lado malo. Si uno sólo ve los casos de rechazo, se
acaba convirtiendo en su obsesión, e inevitablemente eso sesga su
comportamiento.
Porque hay otros
técnicos, los de las ECAI, que no piensan igual. Quizá sea porque además de ver
el lado malo de las cosas, también ven a los padres volviendo contentos con sus
hijos, también viajan, a veces con ellos y conocen a los niños. Para ellos todo
no se centra en el rechazo (del que por cierto, aún no he conseguido que me den
cifras exactas, por más que lo he pedido)
Sin embargo como los
del lobby, a los que se permite hacer lo que les de la gana, porque el tema
afecta a muy poca gente, son los que están metidos en la administración tienen
ese espacio cautivo. Y al final, como nos indicó claramente la técnica tienen
la sartén por el mango, y te callas y te crees lo que te digamos.
Y por cierto, sería
de agradecer un poco más de uniformidad de criterios en estos temas entre las
ECAI y los que hacen el certificado. Nos ahorrarían a los padres muchos
problemas.
-
La
entrevista
Por todo lo demás,
cuando una persona lleva una idea entre ceja y ceja, y especialmente en
pseudociencias como la psicología, un simple comentario sacado de contexto
(¿será casualidad que sean mayoritariamente mujeres?) sirve para desencadenar
el infierno.
Si además te
plantean preguntas con trampa en la que no hay respuestas buenas, la cosa sube
un poco más de tono.
He podido ver a una
técnica perdiendo los nervios (para que llegara a disculparse por perder las
formas, pero claro, no por el fondo) porque no conseguía intimidarnos.
Amenazar que no vas
a firmar la idoneidad porque no estás eschando lo que quieres oir, es de
abusón. Dejas indefensa completamente a otra persona, que no tiene manera de
responderte porque tú tienes la llave se su felicidad, y no se atreverá a
enfrentarse. Y como tienen cogido el sistema, no hay más.
Que una persona diga
que le preocupa que el crío no tenga niños con que jugar, por muy importante
que sea la vinculación una vez llega (que lo es) no es para montarla así.
Porque además, hablamos de un parque, no de dejarlo en una guardería
(completamente anatema, por cierto*.).
*Si se os ocurre
hablar bien del Dr. Estivill os envían directamente al gulag, que lo sepais
Tengo una maldición,
una memoria excelente. Y recuerdo perfectamente que nos dijeron (hace tres
años) que si podíamos no lo lleváramos al colegio durante el primer año, y si
podíamos ponerlo en una clase para niños un año más pequeños. Y se insistió
mucho en lo importante de la vinculación con la madre, padres lo sentimos pero
no contáis (me pregunto cómo irá el tema en una pareja homosexual). Pero nunca,
en ningún caso se nos dijo que el hecho de que estuviera con otros niños fuera
negativo. Puedo asegurar que en ese caso no hubiéramos dicho nada. El argumento
de que el niño lo que necesita es a su madre (única y exclusivamente) puede ser
correcto (no sé lo suficiente). Pero decir que el hecho de estar con niños es
malo porque en el orfanato en el que está ahora mismo hay niños, es cuanto
menos muy traído por los pelos. Especialmente si te lo acabas de sacar de la
manga.
Además, está como
comentábamos antes, el tema de la vinculación con el niño. Nosotros lo tenemos
que estar pasando ya mal, porque el niño lo está pasando mal ahora mismo. Pues
sí, el niño lo está pasando mal, pero no veo cómo le va a ayudar que nosotros
lo pasemos mal en este momento. El argumento usado es que una vez se produce la
adopción no hay tiempo.
Eso es directamente
mentira. La media entre que se realiza la primera visita y la segunda es de
cuatro meses. Puedo jurar que soy capaz de angustiarme mucho en 4 meses, de
verdad, lo juro por Snoopy.
Y otro factor a
añadir, el piscólogo puede manipular las palabras como quiera, pero tú no.
A pesar de insistir
durante dos días enteros en la problemática asociada a los niños adoptivos
(posibles rechazos, necesidades de vinculación, enfermedades, experiencias
desagradables, etc) resulta que no podemos decir que los niños tienen problemas.
Porque eso los convierte en niños problemáticos, y eso los descalifica. Con dos
huevos.
Pero tú no puedes
decir que la mochila metafórica que usan ellos para hablar de las malas
experiencias de los niños es virtual (en el sentido de que no van al decathlon
y compran una mochilita). No. Eso les
pone nerviosos porque no usas las palabras que quieren ellos que uses. Pueden
usar metáforas pero tú no.
-El final
La
conclusión es que debemos pasar por clases de reeducación (amamos al líder, de
verdad) o sea que nos tocará asistir a alguna sesión más. Pero no tenemos que
preocuparnos porque eso no afectará a la eventual renovación de la idoneidad
(sic)
Hicimos una seguna entrevista con la tipa. Y finalmente nos concede garciosamente la renovación. Y llega DOS MESES después, con lo que se nos habían caducado ya los papeles.