24 oct 2006

El diablo viste de Prada

¿Puede una película que habla sobre el mundo de la moda no ser superficial? La respuesta obviamente es no, y sin embargo hay mucho más de lo que se ve en un primer momento detrás de esta película.

Nos cuentan la historia de Andrea (Anne Hathaway) una chica recién licenciada en Periodismo en la universidad que se va a trabajar a Nueva York. Envía currículums a todas las publicaciones de la ciudad, y sólo la llaman de XXXXX (la Vogue, vaya), para hacer de segunda ayudante de Miranda Priestly (meryl Streep). Un puesto, que según le dicen unas veinte veces “Un millón de chicas matarían por conseguir”.


Sin embargo Andrea no se acaba de adaptar al entorno. En la revista todas son tallas 34 y van siempre arregladísimas, mientras que ella se tapa más que se viste. Con la ayuda del inevitable gay que hay en estas revistas (increíble el versátil Stanley Tucci) se pone al día, pero a cada paso que da hacia la sofisticación, está vendiendo su alma al Diablo...

La historia de la película es predecible (para mí, al menos). Los pasos hacia el lado oscuro de la protagonista y su vuelta al lado luminoso de la fuerza es completamente previsible. El que todos los personajes tienen que hacer lo que tienen que hacer (a pesar de tener sentimientos) también.

Técnicamente es perfecta (Hollywood es Hollywood, of course). Sin embargo se queda a veces a medias con el mordiente que podría haber tenido.

No obstante te entretiene durante una hora y media, que tal como está el cine ya es mucho.

Nota: 6 sobre 10

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